DÍA 4-Dic: LA OBEDIENCIA
Texto bíblico: (Juan 2, 1-5) «Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen más vino». Jesús le respondió: « Mujer ¿que tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía.».Pero su madre dijo a los sirvientes: «Hagan todo lo que Él les diga».»
REFLEXIÓN: María se da cuenta de la situación difícil en la cual se encuentran los esposos, porque ama. Mira a su alrededor no para descubrir lo que hace falta sino para ir al encuentro de quien se encuentra en dificultad.
De los escritos de San Maximiliano Kolbe: «Amar al prójimo, no porque éste sea simpático, útil, rico, influyente o sólo porque es agradecido. El amor autentico se eleva por encima de la criatura y se sumerge en Dios: en El, por El y por medio de él ama a todos, buenos y malos, amigos y enemigos. ¡A todos le ofrece una mano llena de amor, por todos ora, sufre, a todos les desea el bien, la felicidad, ya que es Dios quien lo quiere!… El que, con la oración a la Inmaculada en sus labios o en lo profundo de su corazón, purificado por el sufrimiento e inflamado por un ardiente fuego de amor a Dios, empujado por este amor, hace lo que puede para ganar el mayor número de almas para Dios a través de la Inmaculada, librarlas de las ataduras del mal y hacerlas felices, él y solo él celebrará el triunfo.»
Gesto: A lo largo del día repetir en nuestro interior el dulce nombre de «María» en todo momento y ocasión.
Jaculatoria: ¡Madre, ayúdame a aceptar la voluntad de tu Hijo en mi vida!
Rezo del Santo Rosario