Hoy se cumplen 51 años de la apertura del Concilio Vaticano II.
El Concilio Vaticano II fue un gran don del Espírtu Santo para la Iglesia Universal.
Don que no sólo no se ha agotado, sino que sigue, después de 51 años, dando muchos frutos allá donde el Espírtu Santo sopla.
Mucho se ha escrito y mucho se ha hablado sobre este Concilio, que fue vital para rejuvenecer y empujar a la Iglesia de Cristo hacia el nuevo siglo, que ya se vislumbraba entonces.
Muchos y graves problemas tuvo que enfrentar la Iglesia desde dentro y desde fuera, tanto durante como después el Concilio. Pero no es tarea nuestra juzgar, sino que nosotros como humildes siervos de la Virgen Inmaculada, que fue declarada gracias al Concilio: Madre de la Iglesia, nos dejamos iluminar por la Luz del Magisterio, que ejerce con cariño de madre y maestra nuestra.
Nadie mejor que nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI para darnos luz sobre cómo entender y afrontar lo que fue y lo que sigue siendo este maravilloso acontencimiento que hoy cumple 51 años.
Poco antes de dejar su Ministerio Petrino, Benedicto XVI se reunió el 14 de febrero con los párrocos y el clero de Roma y en ese encuentro, lleno de cercanía y cariño, Benedicto XVI expuso un análisis magistral sobre su experiencia vital de lo que supuso para él, el Concilio Vaticano II.
Por tanto dejamos a nuestro Santo Padre emérito que con sus palabras nos ilumine sobre este acontecimiento, cuya apertura fue inspirada por el Espíritu Santo al querido y futuro santo Juan XXIII.
ENCUENTRO CON LOS PÁRROCOS Y EL CLERO DE ROMA
DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Sala Pablo VI
Jueves 14 de febrero 2013
