En estos tiempos «recios» de pandemia del COVID-19, ¿cómo actuaría San Maximiliano? No lo sabemos, pero sí que podemos mencionar los consejos que le transmitía desde Niepokalanów (Polonia) San Maximiliano a Fr. Celestino Moszynski en relación con la misión en Nagasaki (Japón) el 30 de agosto de 1938:
“Para poder servir más tiempo a las almas, sería bueno usar algunos medios de desinfección, en caso de que se tratara de enfermedades infecciosas como la tuberculosis. Por eso, después de las visitas al hospital, será oportuno lavarse las manos con un buen desinfectante, cambiar el hábito y exponerlo a la acción benéfica de los rayos de sol con cuyo contacto el bacilo de Koch se destruye rápidamente. Dormir bastante, comer abundantemente para adquirir resistencia. Es obvio que todo esto debe tener como único fin el servir aún por mucho tiempo a un número de almas cada vez mayor” (EK 812).