Con la Virgen María, nuestra Madre Inmaculada, nos gozamos en Cristo resucitado. ¡Que Ella nos ayude a creer! ¡Que nos alcance la gracia de experimentar la presencia viva de Jesucristo! Porque, como ayer dijo el Papa Benedicto XVI: «a través de la experiencia transformante de la Pascua de su Hijo, la Virgen María llega a ser Madre de la Iglesia, es decir, de cada uno de los creyentes y de toda la comunidad». «AHÍ TIENES A TU MADRE».
