
Hoy los católicos de todo el mundo celebramos con gran alegría que un 1 de noviembre de hace 55 años, el Papa Pio XII declaró solemnemente el Dogma de la Asunción de la Virgen María al cielo.
«Por tanto, después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces e invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para acrecentar la gloria de esta misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, por la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y por la Nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma de revelación divina que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria Celeste.» Bula «Munificentissimus Deus», 37
Este Dogma tal como nos habla S.S. Pio XII, está unido estrechamente al de la Inmaculada y no se explica sin él:
» Ella, por privilegio del todo singular, venció al pecado con su concepción inmaculada; por eso no estuvo sujeta a la ley de permanecer en la corrupción del sepulcro ni tuvo que esperar la redención de su cuerpo hasta el fin del mundo.» Bula «Munificentissimus Deus» , 4
Nuestra Madre nos espera en el cielo tal y como fue en la tierra y es Ella la primera en mostarrnos como seremos al final de los tiempos cuando Cristo resucite nuestra carne.
Pedimos a la Virgen de la Asunción que nos ayude a amarla más en este año de la Misericordia; que nos convierta en testigos valientes y que acreciente en nosotros el ardor apostólico por proclamar al mundo entero y a todos los hombres el Amor de Dios.