La Milicia de la Inmaculada cumple 95 años

La Milicia de la Inmaculada cumple 95 años

10 octubre, 2012 | Materiales biográficos

Comparte:

Esta semana la Milicia de la Inmaculada cumple 95 años

La noche del 16 de octubre de 1917 en una habitación del Colegio Internacional de los Frailes Menores Conventuales, en Roma, el joven franciscano de 23 años Maximiliano María Kolbe, junto a seis de sus hermanos Frailes Menores Conventuales, funda el Movimiento de la Milicia de la Inmaculada ( MI ).Hoy la Milicia de la Inmaculada, después de 95 años, es una realidad que está en los 5 continentes, en más de 45 paises y con más de 4 millones de consagrados en su filas.

Nunca se insistirá lo suficiente en los humildes comienzos de la Milicia de la Inmaculada.

La reunión fundacional fue la primera y la última de aquel tiempo.
Siguieron luego años lleno de dificultades, en el que difícilmente el P. Kolbe se atrevía a hablar, aún entre sus Miembros:
«Mamaíta, no sé que rumbo tomará este asunto,
pero dígnate hacer de mí y de todos nosotros lo que a ti misma te agrade para la mayor gloria posible de Dios; yo soy tuyo,
¡oh, mi mamaíta Inmaculada!
EK II, p 757

Será con el regreso a Polonia en 1922 cuando empiece a trabajar para «marianizar» al mundo entero.
Ese fue su ideal absorbente por el que trabajó, predicó, luchó, oró, escribió y sufrió:

» Conquistar para la Inmaculada un alma tras otra, enarbolar su estandarte en las casas editoriales de los diarios y de la prensa periódica, en las agencias y antenas radiofónicas, en los centros docentes y cenáculos literarios, en las salas de cine, en los parlamentos y senados: en una palabra, en cualquier rincón de la tierra «
Por eso, pasó a conocérsele como «el loco de la Inmaculada».

La Milicia de la Inmaculada no es una organización de tipo piadoso devocional, como alguno pudiera creer. Su finalidad conecta directamente con las raíces del movimiento franciscano, que nació en el siglo XIII como instrumento de conversión y de apostolado. El padre Kolbe lo sabía. Por eso afirma que la orden de los Conventuales, de la mano de la Inmaculada -que en Lourdes pedía conversión y penitencia, estaba entrando en la segunda etapa de su historia.

Los fines de la MI quedan bien reflejados en sus estatutos fundacionales: «Trabajar por la conversión…y la santificación de todos bajo el patrocinio de María Inmaculada». No obstante las expresiones de tipo militar o caballeresco, tan propias de la época, no se trata en absoluto de hacer la guerra a los enemigos de la Iglesia. Al contrario: lo que se pretende combatir, por todos los medios legítimos, es el mal que los esclaviza y los hace infelices. Por eso, la MI puede considerarse un movimiento de renovación y liberación integral de la persona y de la sociedad. El programa de la Milicia no puede ser otro que el de la conversión como primer paso hacia una auténtica pacificación del mundo y la reconciliación entre los hombres.

La MI sintoniza así perfectamente con la exigencias de la Nueva Evangelización que nos pide la Iglesia.

Para pertenecer a la MI se requiere: consagrarse totalmente a la Inmaculada, como instrumento en sus manos; llevar la medalla de la Milagrosa -algo no esencial, pero sí signo visible del propio ofrecimiento interior a la Virgen-; e inscribirse en alguna de las sedes canónicas de la MI.

A todos los que sois parte de la MI y a todos los que sin serlo amáis profundamente a la Virgen: ¡Enhorabuena por estos 95 años!.
Queda mucho trabajo por delante: «marianizar» el mundo para llevarlo al Sagrado Corazón del Señor, pero confiamos porque sabemos de quien nos fiamos (2 Tim 1,12).

Un abrazo a toda la MI de España y del mundo