«Guardaste un alma de niño y quieres vivir en la fidelidad: imita a la Virgen. En ella, no hay más “yo”, ni rastro del “hombre viejo”. Es “concebida sin pecado” y en este punto penetrada de Dios que no se puede hablar de María sin pensar en Jesús.
En ausencia de Dios, sentirás tu vacío, tu soledad y tu miseria. Tu felicidad toda entera depende de la intimidad de tus relaciones con Dios. María, está toda entera girada hacia El y el Señor ve en ella la representante más perfecta de la criatura tal como El la concibe. Es a través de María que se manifiestan con todo el resplandor toda la belleza y toda la bondad de Dios.»
Cardenal Francois-Xavier NGUYEN VAN THUAN,
En el camino de la esperanza
Fuente: mariedenazareth.com