Flor del 10 de mayo: Virgen digna de alabanza
Meditación: “Bendita tú entre las mujeres” (Lucas 1,42). “Mi alma engrandece al Señor” (Lucas 1,46). Cuando cumplimos la profecía de llamarla Bienaventurada, hablamos de las maravillas que hizo en Ella el Todopoderoso. Unimos nuestra voz a la suya, alabando perpetuamente al Señor. Imitemos a María agradecida, a María serena, a María llena de sacrificio, a María alegre, a María confiada, a María llena de Gracia y fortaleza para cumplir así nuestra misión en la tierra.
Perla de San Maximiliano Kolbe: «“…Ha llegado para nuestra dicha el mes de mayo, en el que el alma se llena de hermosura una hermosura aún mayor que la de la naturaleza. Los fieles abren sus corazones a María, le dan gracias por los dones que reciben incesantemente de Dios por su intercesión. Le confían sus preocupaciones, problemas y dificultades, le piden que los libre de ellos e imploran su protección.«EK 1161 Artículo del año 1932
Oración: ¡Oh Madre!, que te hiciste la más pequeña, siendo realmente excelsa, enséñame a amarte, a alabarte y a agradarte del mismo modo en que vos lo hiciste con el Señor, para que también nosotros lleguemos a El. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Ser pequeños y humildes como María nos pide, para crecer en la Gracia.
