Flor del 7 de mayo: Madre amable
Meditación: “Cómo se me concede que venga a mí la Madre de Mi Señor” (Lucas 1,43).
María es diligente y amorosa, consuela, ayuda, fortalece, sirve…igual que su Hijo. “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. A cada uno pedirá Dios cuenta de nuestros prójimos; nadie está tan aislado que pueda labrarse, abstrayéndose de toda otra alma, su propia salvación. Busquemos dar amor, consolando afligidos, visitando enfermos, corrigiendo con dulzura a los que se equivocan, siendo a semejanza de María con humildad y amor testimonios del Amor. “Ora y labora”.
Perla de San Maximiliano Kolbe: «Miremos dentro de nosotros mismos: ¿Acaso no es verdad que cada vez que nos hemos ofrecido con toda el alma a la Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, ha entrado siempre la paz en nuestro corazón?…Quien no lo haya experimentado todavía, que pruebe, que lo vea, que se dé cuenta personalmente: ¡comprobará lo potente y lo buena que es la Madre de Dios y Madre nuestra!» (EK 1145)

Oración: ¡Oh tierno Corazón de María!. Haz que tus hijos demuestren a todos lo que es el Amor, lo que es el Señor en nosotros, para servir y siempre decirte si. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Procurar ser amable con los demás.