• María es nuestra Madre, la causa de nuestra alegría. Por ser Madre, yo jamás he tenido dificultad alguna en hablar con María y en sentirme muy cercana a Ella.
• Nuestra Señora nos ofrece las mejores lecciones de humildad. Aunque estaba llena de gracia, se proclamó esclava del Señor. Aun siendo Madre de Dios, fue a visitar a su prima Isabel para hacer las tareas del hogar. Aunque concebida sin mancha, se encuentra con Jesús humillado con la cruz a cuestas camino del Calvario y permanece al pie de la cruz como una pecadora necesitada de redención.
• Sorprende la humildad con que se inició el misterio de la Redención. Porque Dios no envió al arcángel Gabriel a un palacio de gente ilustre y rica, sino a la joven doncella María, que vivía en una humilde casita de Nazaret. Por otra parte, María no hizo más que una pregunta: ¿Cómo puede ser esto? -El angel le dio una sencilla explicación, y ella, la Llena de Gracia, no pretendió saber más.