Como sabéis el próximo 16 de octubre de este año 2017, en la Milicia de la Inmaculada cumpliremos 100 años.
¡Ya somos centenarios!
El sueño de San Maximiliano Kolbe sigue vivo después de tantos años y sigue expandiéndose por todo el mundo, ganando almas para La Inmaculada y a través de Ella para Nuestro Señor Jesucristo. A lo largo de todo este año os iremos informando de las actividades que se irán desarrollando tanto en la M.I. de España, en el resto de países, así como desde el Centro Internacional de Roma.; para celebrar este feliz acontecimiento. Nos ponemos en marcha. La Inmaculada nos lleva de la mano,
San Maximiliano Kolbe nos muestra el camino,
El Señor nos espera. Ya estamos……
¡Rumbo al Centenario de la M.I.! Y como buenos hijos que somos de María Inmaculada y de San Maximiliano Kolbe, lo primero que vamos a hacer en este año del Centenario de la fundación de la M.I. es…
Rezar !!!!! Os pedimos que a lo largo de este año de actividades y celebraciones, recurramos a esta oración que se ha preparado especialmente con motivo de este centenario.
Que nos sintamos unidos unos a otros cada que vez que la recemos.

Oración del Centenario de la M.I. ¡En tus manos, Virgen Inmaculada!¡Alabanza a tí, Virgen Inmaculada!.
Tu has sido la luz y el alma de la M.I. en sus primeros cien años de vida. Para seguir fielmente a Cristo, como San Maximiliano Kolbe,
hemos contemplado tus espléndidas virtudes. En ti hemos encontrado la fuerza para amar y hemos llevado a todas partes la caridad de tu Hijo. Tú eres también el ancla de consolación en las pruebas de nuestra vida, eres luz en nuestra obra de evangelización, eres fuerza en nuestro itinerario de fe, de unión con el Señor y de seguimiento. En tus manos ponemos, también hoy, el camino de la M.I.
presente en cualquier parte del mundo, para que pueda llevar el amor del Señor a los hombres y la belleza de tu presencia premurosa y materna. Que su apostolado pueda transmitir a los hermanos la misericordia de Dios, representada también de tus tiernos cuidados hacia toda criatura. Nos dejamos conducir por ti, Madre dulcísima,
seguros que, con tu protección, viviremos según la voluntad divina. El centenario de la M.I. nos lleva a ser apóstoles indómitos del Reino y a experimentar tu sostén en nuestra misión eclesial.
¡Oh Inmaculada, nos dejamos conducir por ti! AMÉN