“La Inmaculada nunca tuvo ninguna mancha de pecado, lo cual quiere decir que su amor siempre fue total, sin ningún defecto. Amó a Dios de manera tan perfecta desde el primer instante de vida, que el día de la Anunciación el Ángel pudo dirigirse a Ella diciéndole: Llena de gracia, el Señor es contigo (Lc 1,28).” (EK 1320, pp. 2425-2426)
«Amó a Dios de manera tan perfecta desde el primer instante de vida…»

«Amó a Dios de manera tan perfecta desde el primer instante de vida…»
Comparte: